martes, 16 de abril de 2013

Una bendición de 90 años


El hermano Ángel Poveda cumple hoy "sus primeros noventa años" como él mismo dice. Sin ninguna duda es toda una bendición, no sólo que los cumpla, sino para todos los que estamos a su alrededor, porque es todo un ejemplo a seguir. Ahí donde le veis, recibiendo una felicitación por teléfono, Ángel Poveda sigue dando el curso bíblico cada semana en la parroquia Ntra. Sra de las Delicias, en el barrio madrileño de Delicias, yendo en transporte público, y preparando cada sesión con la misma ilusión o más que el primer día. Cada mañana hace de cartero de la casa Cristo Rey, va a la oficina de Correos, a llevar las cartas y envíos, y a recoger lo que llega. Ahora que empieza el buen tiempo, comenzará a trabajar en el jardín, cuidando con cariño de las flores. Cumplir 90 años, no implica quedarse quieto, sobre todo si hay ilusión.
 
Nació en Viso del Marqués, Ciudad Real, el 16 de abril de 1923. Sus padres Juan José y Mª. Francisca, siempre vivieron en el pueblo toda su vida. De ellos recibiste la transmisión del don de la fe. Ángel estuvo en el pueblo hasta los 23 años, cuando se fue al ejército, para cumplir con el servicio militar que entonces duraba 3 años. A continuación, hizo las oposiciones a Correos, e ingresó en la oficina de Getafe en el año 1950. Después de tres años, ingresó en los Cooperadores. Por cuestiones de salud, volvió al servicio de Correos. Aún así siguió viviendo en la comunidad de los Cooperadores. En ese tiempo, fue uno de los primeros miembros de la oficina de Correos de Pozuelo de Alarcón. A los 88 años hizo los votos religiosos, el 19 de junio de 2011, con gran alegría en toda la comunidad cpcr.  Desde el año 1961 sin interrupción, da el curso bíblico en la parroquia de las Delicias. También ha pasado algunas temporadas en la casa cpcr de Rosario.
Os dejamos esta pequeña entrevista con él.
P. ¿Qué te llamó la atención de los Cooperadores para querer entrar en la congregación?
R. Es más sencillo de lo que parece, me entró el gusanillo de la vida religiosa, y el párroco de Getafe me dijo “mira a ver qué te parecen los Cooperadores”. Hice los ejercicios espirituales de San Ignacio, y me quedé. Parafraseando al salmista puedo decir “El Señor ha estado grande conmigo y estoy muy alegre” (Salmo 126).
 
P. ¿Qué destacarías del carisma de los Cooperadores y del P. Vallet desde tu experiencia?
R. En aquellos tiempos, en los años 50, estaban muy en boga los Ejercicios Espirituales, y los Cooperadores para mí eran muy fieles a estos, que iban muy a mi favor por mi manera de pensar. Desde mi experiencia y viendo la gran cantidad de hombres que han pasado por las tandas de Ejercicios, y que aún hoy en día los conozco perseverando en la fe, es un gran don.
P. ¿Qué se siente al hacer los votos religiosos con 88 años?
R. Es tan sencillo que uno cree que los votos los ha hecho a los 17 o 18 años máximo. En este caso, Dios da las gracias en el momento oportuno, aunque las tenga reservadas desde hace tiempo, y parezca que llegan con retraso, pero son unas gracias que producen una alegría inexplicable.
P. ¿Qué le dirías a la gente que se siente mayor, triste, o sin esperanza?
R. Yo no comprendo que haya gente mayor, que tenga una edad que se sienta viejo, lo que se suele decir a la gente mayor que es un viejo. Con toda verdad, creo que un cristiano nunca es viejo, si tiene a su favor al Dios de la vida. Lo digo desde mi humilde experiencia. A mis primeros noventa años, no me considero viejo. Sin mentir, puedo decir  que me considero un hombre joven, ya que seré inmortal, ya que la vida del cristiano no muere, se transforma.
 
 
 
 
 
 

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